DESGRACIA
Cirilo Sánchez González, de 55 años, un expescador que llegó a Río Hato hace 40 años y que formó una familia de dos hijos, se destacó como alguien laborioso, tranquilo y servicial, pero perdió la vida, en un oficio más arriesgado que un mar picado: guardia de seguridad.
El lunes, entre las 7:05 y las 8:00 p. m., mientras lloviznaba, varios sujetos penetraron en su caseta de vigilancia y, en medio de un forcejeo para arrebatarle el revólver calibre 38, un tercer hombre le propinó dos impactos, uno de ellos mortal, en el costado izquierdo, lo que le produjo la muerte antes del llegar al centro de Salud de Antón.
Lo que se presume que ocurrió
A Cirilo le correspondió el turno nocturno esta semana. Lo más probable es que los atacantes tenían planeado el asalto y sigilosamente se introdujeron por una ventana de la caseta sin que él se percatara.
Dentro de la caseta había tres plomazos. Uno en el techo, otro en la pared y el tercero en el piso, lo que supone la lucha corporal con uno de los sujetos.
La herida mortal fue con un calibre distinto al arma de reglamento del seguridad. Probablemente una nueve milímetros, según narró su hijo Gabriel.
Los sujetos se llevaron solo el arma. No tomaron ni su cartera ni su dinero.
Incidentes previos
Cirilo trabajaba desde hace un año aproximadamente con la Agencia Oncor Panamá Security. Anteriormente con más tiempo para Serprosa con sede en Aguadulce. En una ocasión anterior en ese mismo lugar de trabajo lo hirieron con un cuchillo en el pecho y le robaron un arma.
Hace 15 días, llegaron de madrugada y le sonaron la puerta. Cuando salió, solo vio varias sombras humanas huidizas. A lo mejor ya lo tenían bajo seguimiento para actuar contra él, razonaron familiares y amistades. Sospechan de elementos del área.
"Cuándo van a parar esto en Río Hato, Dios mío", exclamó una señora de unos 72 años, en medio de lágrimas cuando dio el pésame al hijo de Cirilo en su casa en Cantarrana de Barrio Lindo.
Un hombre dedicado a trabajar por su familia
En Río Hato lamentan esta muerte absurda. Cirilo, siempre estaba dispuesto a realizar algún trabajo en la barriada. Tenía una güira y lo buscaban para esa labor porque era muy responsable.
"Estamos entristecidos", dijo Ibet Navas, quien lo conoció por su amistad con su padre por los trabajos de pesca que hicieron juntos.
Oliver Torres, un vecino, lo enalteció expresando: "Era un hombre muy luchador por sus hijos".
Cuando llegó a Río Hato, con 15 años, procedente del campo, se hizo a la mar en La Boca de Río Hato, motivado por Tito Guerrero y otros pescadores veteranos.
Luego fue vendedor de hielo y pescados en el negocio de un español. Cuando cerró el local buscó oficio como guardia de seguridad.
Su esposa Enilsa Peralta, ríohateña, murió hace cuatro años.
No olvidó nunca sus raíces campesinas en Agua Fría de Llano Grande, manteniendo su relación familiar permanente.
"Si las autoridades trabajan hondo, se le puede hacer justicia a mi papá, porque no pueden ser gente de afuera sus asesinos", dijo Gabriel Sánchez, su vástago.
VIDA
55 años, edad de Cirilo Sánchez González, hoy difunto
ENTRE
7:05
Y 8:00 de la noche se dio el suceso, según las autoridades
La Familia de Cirilo Sánchez pide que capturen a los responsables. Ellos sospechan que son de un sector cercano