GINEbra (EFE). El expresidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva es desde ayer reo de la justicia, después de que un tribunal aceptó la denuncia de que intentó comprar el silencio de uno de los implicados en las corruptelas en la estatal Petrobras. Los cargos fueron aceptados a trámite por el juez federal Ricardo Leite, de Brasilia, un día después de que Lula acudió, por medio de sus abogados, ante el Consejo de Derechos Humanos de la ONU, con sede en Ginebra, para denunciar que es víctima de lo que consideró como una "persecución política y judicial" en Brasil. Junto con Lula, el juez procesará al exsenador del Partido de los Trabajadores (PT) Delcidio Amaral, y a su asesor Diogo Ferreira, al banquero André Esteves, al empresario José Carlos Bumlai y a su hijo Mauricio Bumlai, así como al abogado Edson Ribeiro. En todos los casos, la acusación se refiere a supuestas maniobras para intentar evitar que el exdirector de Petrobras Nestor Cerveró, detenido por los escándalos en esa empresa estatal, aceptara un acuerdo de cooperación judicial que implicaría confesar todo lo que sabía al respecto y delatar a los miembros de la red de corrupción.
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